jueves, 29 de noviembre de 2012

La atención de día



¿Qué es un centro atención de día?

   Habitualmente tendemos a asociar esta denominación con los centros de día destinados a personas mayores. En el ámbito de los menores, dentro de la tipología de centros de menores se encuentran los centros de atención de día. Por lo general  son centros de atención diurna, cuyo objetivo principal es ofrecer, a niños y adolescentes en situación carencial, la posibilidad de aprovechamiento y aprendizaje, mediante medidas de distinta índole (de promoción personal, ocupacionales formativas, socioculturales, prelaborales, rehabilitadoras y lúdicas).Es, por tanto, un recurso para la prevención de situaciones de riesgo social; menores que se encuentran en situación de desprotección. Va destinada a menores, por lo general, de entre 3 y 18 años y en ocasiones se oferta a las familias como una medida temporal y opcional al internamiento.
   Los menores viven con sus familias, aunque con estas pasan el menor tiempo del día a fin de que las mismas consigan mejorar y estabilizar su situación social y económica. Estos sujetos asisten a las escuelas ordinarias en las que estaban escolarizados y allí se les recoge. En el centro pasan la otra parte del día y en él se desarrolla un proyecto educativo individualizado que recoge áreas a trabajar (higiénico-sanitarias, afectivo-emocional, cognitivo-intelectual, personalidad, contexto familiar, escolar o laboral, de ocio y residencial).
   Los centros de atención de día semejan ser un hogar para los menores que a él acuden, pues deben verlo como un referente en pautas y normas dentro del hogar familiar, del que carecen.
Por lo general esta medida suele durar uno o dos años, y no suele prolongarse en el tiempo.
 
   ¿Conocíais este recurso? ¿Qué opináis sobre él?
   Me gustaría conocer y compartir con vosotros opiniones.

   Un saludo y hasta la próxima entrada.

 

 

 

 


jueves, 22 de noviembre de 2012

Soy educador, me llaman educador

 Uno se hace llamar educador, un término que para muchos carece de significado, y que otros emplean en contextos muy diferentes. Es verdad que la educación social abarca ámbitos muy diferentes, y que sus límites se encuentran muchas veces a caballo entre la educación formal y no formal...pero ¿qué es un educador?. Para mí un educador sería alguien con carácter, sensibilidad, inconformismo, con capacidad de lideragzo,..pero sobre todo es alguien humilde. Sería muy difícil ser objetiva en la descripción de la figura del educador, trabajando como tal; por ello os dejo la siguiente carta que escribe la madre de un niño autista a su maestra.

Mi querida maestra: Tú sabes bien que corren tiempos difíciles para eso del oficio de enseñar y que es compleja en mi caso, la tarea de aprender.
Los expertos dicen que soy un niño autista, que tengo dificultades para entender el mundo de los pensamientos y de las emociones, y que mis capacidades para el simbolismo y la imaginación se encuentran afectadas.

Sin embargo tú, querida maestra, sólo viste en mí a un niño y te empeñaste en descubrirme un cielo lleno de estrellas. Juntos iniciamos el camino y lo esperaste todo de mí... y pude soñar los sueños de Peter Pan y descubrir las aventuras de Tom Sawyer.

Contra todo pronóstico, fui capaz de imaginar, de perfilar las formas de mi mundo, y dibujé campos verdes, piratas en busca de tesoros y osos seducidos por las galletas de chocolate. Las hojas de mi cuaderno dejaron de ser blancas y ausentes para llenarse de vida.

Fueron posibles otros milagros. Llegó la lectura y la escritura, descubrí que las palabras tienen alma y que la mirada de mi maestra traspasa soledades.

Todo gracias a ti. Gracias por confiar en mí, por esperar de mí, por sentir que yo también era y también podía. Porque fuiste cómplice, mi amiga, mi hada buena, y juntos cada día, más allá de las dificultades, reinventamos la vida en el universo infinito de mi pequeña escuela.
Carta de un niño autista a su maestra

Para mí, en mi labor diaria como educadora siento esto, no soy maestra pero si educadora; los niños que vienen a los centros de menores suelen tener dificultades para aprender, para expresar emociones y sentimientos. Los educadores a diario, pretendemos cambiar la realidad haciendo lo imposible por ellos, lo que otros no han hecho, con el único fin de que tengan las mismas oportunidades que otros y sobre todo....sean FELICES.

sábado, 10 de noviembre de 2012


“Respetar a un niño no es decir que lindo es. Respetar a un niño es darle todas las posibilidades para que pueda ser hombre”. Jean Jackes Rousseau.


En unas semanas, a día 20 de noviembre, se celebra el día Internacional de los Derechos del Niño. En el siguiente vídeo se recogen de forma interactiva cuáles son:
 

1.Derecho a la igualdad.

2.Derecho a una protección para crecer sano y libre.

3.Derecho a una identidad.

4.Derecho a una alimentación, vivienda y atención médica adecuada.

5.Derecho a recibir cuidados especiales todos los niños física o mentalmente disminuidos.

6.Derecho a  la comprensión y al amor por parte de la familia y la sociedad.

7.Derecho a una educación gratuita, a divertirse y a jugar.

8.Derecho a una ayuda y atención preferente en caso de peligro.

9.Derecho a ser protegido contra el abandono y la explotación en el trabajo.

10.Derecho a formarse en un espíritu de solidaridad, amistad y justicia entre los pueblos.

 A expensas de lo expuesto, en el día a día encontramos situaciones perfectamente definidas  en las siguientes palabras, encontradas en un artículo del periódico La Gaceta:

"Ser un niño pobre en España no significa pasar hambre, pero sí tener más posibilidades de estar malnutrido; no significa no acceder a la educación, pero sí tener dificultades para afrontar gastos o abandonar de forma temprana los estudios; no significa no poder ir al médico, pero sí tener problemas para pagar algunos tratamientos", ha explicado la directora del estudio, Marta Arias; publicado en el periódico La Gaceta.

 

domingo, 4 de noviembre de 2012

Queriendo ser feliz...


 
Hace años, cuando era estudiante de Educación Social, entendí que la Declaración  Universal de los Derechos Humanos de 1948 era una utopía; pues el listado de derechos de la declaración se quedaba en meras oraciones escritas sobre un trozo de papel.  A mi parecer, el Estado se encargaba de reconocer una serie de derechos que le eran propios al hombre, por el mero hecho de ser un ser humano, creando una serie de deberes que limitaban la plena ejecución de dichas libertades.

Uno, ya adulto, va creciendo inserto en una sociedad donde los derechos de las personas quedan en un segundo plano, pues la filosofía de esta sociedad se basa en sobrevivir uno a costa de otros; y se da cuenta de las injusticias sociales que existen; sobre todo las que afectan a poblaciones de riesgo como pueden ser los menores.

Muchos niños/as viven en ambientes depravados en riesgo de exclusión, con situaciones  familiares, sociales y económicas muy carentes; condiciones que dejan secuelas en los menores a largo plazo. A muchas de estas situaciones los servicios sociales consiguen dar respuesta utilizando recursos como los centros de menores, centros de día, etc; donde se pretende enmendar y solventar las carencias acontecidas en el núcleo familiar. Estas carencias pueden ir desde la incapacidad para alimentar hasta la falta de afecto y respeto por sus hijos.

Las características de los menores que ingresan a diario en centros pueden ser muy variadas, cada historia acostumbra a ser un drama y, por lo tanto, una injustica a simple vista; pues una vez más los Derechos Humanos son inalcanzables para muchos, en este caso los Derechos del Niño. Por esta razón, es comprensible que las circunstancias que a este tipo de población le ha tocado vivir y padecer suelen justificar, en la mayoría de los casos, la conducta y personalidad de los sujetos.

Los centros en los que ingresan deben crear un proyecto educativo individualizado, el cuál debe estar compuesto por contenidos y acciones que consigan, o por lo menos lo intenten, dar respuesta a las necesidades que estos sujetos requieren y que les corresponde por el simple hecho de ser niños/as. He aquí la esencia de esta primera entrada del blog, en la cual os presento un Proyecto Educativo de Centro como modelo a seguir en la acción socioeducativa con menores es riesgo:” ¡Quiero ser feliz!”, es el proyecto educativo de la Granja-Escuela de Villar del Arzobispo, en Valencia.
 
 En este libro se refleja cuál es la finalidad que persigue este centro en la labor educativa con menores: buscar la felicidad de los menores, a través de un trato muy humanizado y personal, con los usuarios de los programas y entre los propios trabajadores;  trabajando la cotidianeidad, mediante el día a día; transmitiendo y respirando un ambiente de afectividad y responsabilidad.

Hace un año tuve la oportunidad de oír en una conferencia al director del centro, y fue increíble escuchar hablar del libro con tanta confianza en lo que decía; pues este libro no se queda en mera palabrería, sino que es el día a día, afortunadamente, de muchos de los jóvenes que están en ese, y otros muchos centros. Muchos de nuestros compañeros de profesión, ahora o en un futuro, tienen la suerte de participar en un clima y metodología de trabajo envidiable.
 Os invito a que le echéis un ojo si estáis interesados, pues es un libro muy cercano que invita a reflexionar.  ¡A continuación os dejo el enlace para que le echéis un ojo!